En Argentina, país reconocido por su profunda cultura heladera, esta celebración cobra especial relevancia, marcando un hito en la tradición gastronómica nacional.
Los orígenes del helado se remontan a civilizaciones antiguas como China y Roma, donde se preparaban mezclas de hielo, frutas y endulzantes. Sin embargo, fue en el siglo XVII cuando el empresario siciliano Francesco Procopio dei Coltelli introdujo la primera heladería en París, marcando el inicio de la era moderna del helado. Desde entonces, esta exquisita delicia ha conquistado paladares en todo el mundo.
El 12 de abril se celebra el Día Internacional del Helado con el objetivo de promover su consumo y honrar su lugar en la cultura gastronómica global. En Argentina, esta fecha es especialmente significativa, siendo uno de los mayores consumidores de helado a nivel mundial. Este día, las heladerías artesanales se preparan para recibir a los amantes del helado y compartir la alegría de esta deliciosa tradición.
Según la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), los argentinos tienen una predilección por ciertos sabores que se mantienen en tendencia. Entre los más elegidos se encuentran clásicos como el chocolate con almendras y el dulce de leche granizado, así como opciones más innovadoras como el sambayón y los frutos rojos. Esta variedad de sabores refleja la diversidad y creatividad de la heladería argentina, que sigue cautivando paladares con su calidad artesanal y sus ingredientes de primera.
El helado es mucho más que un postre en Argentina; es un símbolo de identidad nacional y un motivo de orgullo. Con una cultura heladera arraigada en la influencia de los inmigrantes italianos y enriquecida por los sabores locales, el helado argentino es reconocido por su calidad superior y su elaboración artesanal. Desde los clásicos hasta las nuevas creaciones, el helado sigue siendo un placer irresistible para los argentinos durante todo el año.
En este Día Internacional del Helado, celebremos juntos la dulzura de esta deliciosa tradición y disfrutemos de cada cucharada de felicidad que nos brinda este postre tan querido.