En una contundente manifestación, los habitantes de Rosario expresaron su indignación por la creciente violencia narco que azota la ciudad. La noche del domingo se vio marcada por un cacerolazo, con cientos de vecinos congregándose en las calles y balcones para exigir mayor seguridad. Este acto de repudio surge tras los impactantes asesinatos del playero Bruno Bussanich y el colectivero Marcos D'Aloia.
Organizados principalmente a través de redes sociales, los ciudadanos rosarinos se unieron a las 21 horas para expresar su hartazgo y exigir acciones contundentes ante la crisis de seguridad que atraviesa la ciudad. El cacerolazo se extendió por aproximadamente 15 minutos, resonando especialmente en el centro, macrocentro, y barrios como Martin, Pichincha, y Echesortu.
La violenta semana en Rosario dejó como saldo cuatro crímenes impactantes, generando un clima de miedo y preocupación entre la población. El asesinato del playero Bruno Bussanich, de 25 años, marcó el punto álgido, seguido por los ataques a dos taxistas y al colectivero Marcos D'Aloia.
Ante la escalada de violencia, se espera la intervención de fuerzas federales en Rosario en las próximas horas. El presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunciaron la creación de un Comité de Crisis, en conjunto con el gobernador Maximiliano Pullaro, para abordar la situación con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
La respuesta ciudadana, evidenciada en el cacerolazo, refleja el temor y la frustración de la población ante la creciente violencia narco. La sociedad rosarina exige medidas concretas para frenar la ola delictiva que ha cobrado múltiples vidas en tan solo una semana.
La ciudad espera ansiosamente conocer las acciones que tomarán las autoridades y las fuerzas federales para restaurar la paz y la seguridad en las calles de Rosario. Mientras tanto, la población se mantiene alerta y unida en su llamado a poner fin a la violencia que amenaza su día a día.