Durante una entrevista en The Late Show con Stephen Colbert, Hannah Waddingham reveló que experimenta claustrofobia crónica como resultado de una escena de tortura que tuvo que interpretar en la famosa serie de HBO.
En la quinta y sexta temporada de Game of Thrones, Waddingham interpretó el papel de Septa Unella, quien desempeñó un papel crucial en una de las secuencias más recordadas de la serie. En dicha escena, su personaje es sometido a una brutal tortura conocida como waterboarding por Cersei Lannister, lo que dejó una marca indeleble en la actriz.
Aunque la actuación de Waddingham en Game of Thrones fue aclamada, el trauma físico y emocional que experimentó como resultado de esa escena fue profundo. La actriz reveló que la experiencia le dejó una claustrofobia crónica, un efecto secundario que no anticipaba al sumergirse en el papel.
La intensidad de la escena y las repercusiones físicas que enfrentó Waddingham son un testimonio del impacto duradero que puede tener la actuación en los actores. A pesar de las secuelas, la actriz continúa su carrera, destacando en su papel en la exitosa serie Ted Lasso.
El relato de Hannah Waddingham arroja luz sobre los desafíos y sacrificios que los actores a menudo enfrentan en su búsqueda de la excelencia artística. Aunque Game of Thrones haya terminado, su legado perdura, al igual que las experiencias profundamente personales de aquellos que contribuyeron a su creación.