En la noche del 14 de febrero, mientras los enamorados celebraban y los fanáticos de Atlético Tucumán alentaban en un vibrante partido ante River, la provincia fue sacudida por un fuerte temblor de magnitud 4 en la escala de Richter. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) informó sobre este acontecimiento que ocurrió a las 22:24, a 10 km de profundidad y con epicentro al este de la provincia, en Burruyacú.
Según el Inpres, el temblor tuvo una magnitud de 4 grados y su epicentro se ubicó a 55 km al este de San Miguel De Tucumán, 130 km al norte de Santiago Del Estero, y a 22 km al sur de Burruyacú, con coordenadas geográficas -26.680 (latitud) y -64.670 (longitud). La profundidad del evento sísmico fue de 10 km, generando preocupación en la población tucumana.
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El geólogo José Pablo López explicó que el Inpres dividió al país en cinco zonas según su propensión a sufrir sismos. Tucumán pertenece a la zona 2, con menos probabilidad de sufrir un sismo que Salta y Jujuy (zona 3) y mucho menos que San Juan y Mendoza (zona 4), lo cual resalta la particularidad del evento registrado.
Este no es el único evento sísmico reciente en Tucumán. El lunes pasado, a las 21:29:54, se registró un sismo con epicentro a 40 km al suroeste de San Miguel De Tucumán, 150 km al noroeste de Santiago Del Estero y a 14 km al norte de Monteros. El movimiento, con una magnitud de 3.9 y una profundidad de 10 km, fue percibido en las zonas del Mollar y Tafí del Valle.
El temblor en la noche del 14 de febrero ha generado inquietud entre los habitantes de Tucumán. Aunque la magnitud 4 no es considerada devastadora, el impacto sísmico suscita análisis y reflexión sobre la actividad geológica en la región. Se destaca la importancia de la vigilancia sísmica y la preparación ante posibles eventos futuros en esta zona del país.